San Antonio de Guerra.- Cuando acribillaron a aquellos dos hombres en la marginal de Las Américas, antes de que los cadáveres fueran levantados, ya la policía sabía quienes eran y cuántas fichas tenían cada uno.
Sin embargo, más de dos semanas después, el horrendo asesinato se pierde en la memoria, se olvida, y nadie, ni siquiera la policía, dice absolutamente nada.
Algunos sospechan que se trató de un ajuste de cuentas entre presuntos delincuentes.
Otros, creen que fue un escuadrón de la muerte de la Policía que los mató.
Son solo creencias y sospechas.
Lo que sí está claro es que la Policía no parece estar interesada en llegar al fondo del asunto.
A lo mejor, ese fondo "hiede mucho".
Ahora bien, donde nadie quiere tocar el tema, al menos frente a una cámara, es en cierta zona rural del municipio San Antonio de Guerra.
Ocurre que, según distintas versiones de los lugareños, uno de los dos hombres acribillados nació y se crió allí.
Un día se largó, se marchó, en busca de fortuna.
Y parece que la consiguió.
¿A cuál precio?
Al de su vida, la que terminó con el cuerpo relleno de plomos.
En aquel lugar apartado de Guerra, donde la miseria abunda, y los lagartos están como dice el poema.."con la boca abierta al sol", nadie quiere que le mencionen a "Bellaquito", como le decían a uno de los dos hombres, que tenía dos cédulas con dos nombres distintos.
Ni siquiera su mamá fue a buscar el cadáver de su hijo.
Ella no olvida que, por su culpa, unos delincuentes le metieron dos balazos en una pierna.
Cuentan que "Bellaquito" se hizo rico y que tenía excelentísimas relaciones con altos funcionarios del gobierno y hasta con un Procurador Fiscal de una jóven provincia a quien le habría "conseguido" alguna "finquita" en Guerra.
Un hermano de "Bellaquito", que anda asustado y teme ser asesinado, le comentó a Ciudad Oriental que aquel "sin mi permiso puso a mi nombre una jeepeta".
El pobre hermano, una arbañil, no sabe qué hacer.
Tampoco saben que hacer y tienen diarrea, algunos riquitos del Municipio San Antonio de Guerra, a quienes "Bellaquito" supuestamente les ayudó a obtener ciertos bienes de gran valor, que podrían ser reclamdos por los jefes de quienes lo mandaron a matar.
El asunto es tan feo, pero tan, tan feo, que de solo pensarlo, algunas personas están tomando medicina para contener la diarrea.
Y eso, que la Policía se quedó calladita con los papeles con sellos de la Fiscalía y el sello pretintado de Haciendas y aduanas que encontraron en el vehículo.
Sus motivos tendrán.
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